Mitología del signo de Aries
En la cultura egipcia, Aries está asociado
al dios solar Amón, representado en forma de cabeza de carnero.
Este animal, de
temida cornamenta en espiral, es un símbolo guerrero que se relaciona con el Sol
naciente, y también con la primavera y las fuerzas triunfantes de la vida sobre
la muerte.
En Grecia se lo
vincula con Palas Atenea, la diosa valiente y guerrera a quien se representaba
con un carnero sobre su yelmo, que nació de la cabeza de Zeus completamente
armada y dando un grito de guerra.
También lo reconocemos en el dios Ares,
pendenciero y violento, que era la versión griega del dios romano Marte.
Finalmente, en
la mitología griega, Aries se asocia con la leyenda del vellocino de oro.
Según
ésta, el rey de Beocia quiso sacrificar a Zeus a sus hijos Frixo y Hele, pero la
madre de éstos, Nefele, les envió un carnero de vellón de oro que los condujo
por el mar hasta el país de Aea, donde los rayos del Sol estaban encerrados en
una cámara de oro.
Hele cayo al mar y murió, pero Frixo llegó a la costa y allí
sacrificó el carnero a Zeus, ofreciendo su vellón de oro al rey del país.
Éste
al fiinal, hizo colgar el presente en un bosque sagrado, y consagrado a Marte.
Al final, la diosa Hera envió a Jasón para recuperarlo, cosa que éste logró tras
una travesióa llena de aventuras y peligros.
En el mundo
cristiano, la Pascua de Resurrección tiene lugar bajo este signo, que simboliza
el triunfo del espíritu sobre la materia.
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